Como es conocido, el SISEJ ha apostado desde su constitución por la defensa, hasta entonces simplemente inexistente, de los derechos sociales y laborales de los secretarios judiciales como colectivo profesional. Y ello, partiendo de dos premisas: una, el compromiso ineludible con el servicio al ciudadano, necesariamente público, que deriva de nuestra condición funcionarial y lo hace incompatible con la nociva voracidad corporativista, tan alejada del pueblo; otra, las especiales características de un Cuerpo altamente tecnificado y cualificado, llamado a tener como eje y esencia de su función la dirección del proceso y de los servicios integrantes de la nueva oficina judicial, lo que le hace acreedor necesario de un espacio propio de interlocución con nuestro empleador, el Ministerio de Justicia, distinto por tanto del resto de personal, sea jurisdiccional o no jurisdiccional.
Durante este tiempo, el SISEJ, con un ideario impregnado por la solidaridad entre compañeros, con el ciudadano y con otros colectivos más desfavorecidos, ha dado voz a quienes, dentro de nuestro ámbito profesional, se les había negado hasta entonces, sean secretarios en destinos de tercera categoría, secretarios sustitutos, o quienes sufren las disfunciones de un sistema de acceso que siempre hemos creído manifiestamente mejorable.
En definitiva, y más allá de todo esto, esta joven organización, el Sindicato de Secretarios Judiciales, en sus apenas cuatro años de historia, ha introducido una apuesta tan atrevida como radicalmente innovadora, que está marcando un antes y un después en el sindicalismo de la función pública: actuamos por ideas y no por intereses; concebimos el trabajo en la Administración como una labor de equipo y no como una división entre castas; creemos que es posible cambiar las cosas y por ello, desde la firme creencia en la inevitable llegada de la modernidad a la Administración de Justicia y en la transformación global de unas viejas estructuras ya en evidente descomposición, hacemos un llamamiento a la implicación y participación de todos los trabajadores del colectivo en este proceso: podemos cambiar las cosas, estamos convencidos de ello y, desde ese empeño, siempre frente a la resignación, frente al miedo que aún exhala el viejo orden, el SISEJ quiere unirse a este primero de mayo. Os esperamos.